jueves, 27 de octubre de 2011

Ya están aquí las flechas azules.

Con esta entrada llego al límite del cansino con el tema del maratón. Lo asumo. Pero es que el lema ese de "correr nos hace libres" es cierto y, últimamente, es lo único que me permite tener la cabeza despejada.
Voy a ser breve, así que, si habéis empezado a leer esto, tener piedad o compasión o pena y terminar de leerlo. En todo caso recomiendo este enlace (pincha aquí), no hay nada tan expresivo en maratón como las dudas del primerizo donde, sin más, se muestra el reto de tintes épicos de esta distancia.
En el trote suave del domingo pasado, entre bufidos y resuellos, le comentaba al redactor jefe (por llamarlo de alguna manera) de "Corriendoporelcampo" que en esto de los 42 km, sobre todo para los novatos, hay algo de inconsciencia y temeridad, que si te lo piensas bien nunca te lanzarías al ruedo. Y se lo comparaba con la abogacía en el sentido de hacer los primeros juicios.
Si te lo piensas mucho te pasa esto: Tienes sensaciones contradictorias, como estas mías:
- Negativo: No he entrenado lo suficiente. No he acumulado suficientes km entre semana por diversos motivos. Voy a sufrir de más y ¿para qué?
- Positivo: He hecho más tiradas largas de fin de semana que nunca, y dos medias maratones casi seguidas a primeros de septiembre en buen tiempo. Si voy al ritmo adecuado voy sobrado.
- Negativo: Estos días, cuando troto, mirando el puñetero ritmo de carrera en el puñetero garmin de los huevos, me parece que el ritmo de 4:55 por km es infernal. Me parece imposible bajar de tres horas y media.
- Positivo: cuando hice la maratón a ritmo de 04:46 km no había entrenado como ahora. Me parece fácil bajar de tres veinte.
Y así podría seguir toda la tarde, como una pila alcalina que está a tope por un polo y sulfatada por el otro.
Así que, lo recomendable (si se consigue hacerlo, yo nunca he podido del todo) es olvidar toda esta mugre recurrente, centrarse en el objetivo del domingo, salir a correr y, sobre todo: buscar del punto de fondo que nos lleve al estado de esfuerzo y satisfacción por el cual madrugamos los domingos y, así, tirar para delante, sin más. Si se consigue ese objetivo os aseguro que tanto el ritmo por kilómetro como el tiempo final, serán algo relativo y, casi seguro, nos sorprenderán para bien cuando crucemos la meta.

miércoles, 12 de octubre de 2011

"Be water, my friend" (version 2.0)


Se nos ha ido de las manos.
Que conste que he intentado ponerle a este tinglado denominado C.D.E. Corriendoporelcampo un poso de experiencia, incluso prudencia. Pero si lamentablemente he comprobado que al Presidente le hacen poco caso (o ninguno) al apelado como "oh, líder", o sea, al que escribe, menos caso aún.
Uno intenta llevarles las cuerpas por buen camino, responder a sus dudas iniciáticas (sí, esto parece a veces una secta), y les dice que no es bueno entrenar, nunca (creo que el concepto de "nunca" es bastante claro) más de dos horas de carrera contínua. El otro día se nos descuelga Jorge con 28 lereles en dos horas y media.
Uno les dice que hay que entrenar a ritmos más lentos que al de competición en maratón. Y dos días después de una media se descuelga Quique y me lleva con el gancho puesto, a 5:00 clavados durante doce kilometros.
Y no pongo más ejemplos, pero abundan.
Luego que si se hartan, y se fustigan en el "official blog": Que si están hasta las maratones, o que si la cuerpa les transmite sensaciones raras. ¡No me extraña!
Que sepáis que tenéis al "oh, ¿amado? Líder" con un buen aconjone. Temo que me adelantéis en la segunda vuelta de la maratón diciendo con insidiosa sorna: "¿Y pa'esto tanto?"
¿Dudáis de vuestros ritmos y entrenos?
Cabrones: El ¿amado? Líder se confiesa: Nunca he hecho tantas tiradas largas, ni tantas rutas campestres de tres horacas, ni ritmos de 5:00 tan frecuentes para entrenar una maratón.
No lo diré más: El trote cochinero también existe, se merece un respeto y es más útil de lo que parece.
Y, efectivamente, se nos ha ido de las manos. Un amigo periodista nos va hacer un reportaje de cómo se entrena en plan popular una maratón y, por lo visto, nos va a grabar y todo. Como le contemos la verdad va a alucinar.
Pasar por tantas vías pecurias nos ha comido el seso. Y tan ricamente.

miércoles, 5 de octubre de 2011

"Be water, my friend"

Quedan veinticinco días escasos para la Maratón y el cuerpo empieza a estar en forma o preparado o lo que sea. Síntomas de dicho estado:
- Te aprietas dos cañas y te coges una buena chispa.
- Te aprietas 21 km de entreno dominguero, y te entra cargo de conciencia por estar toda la tarde parado y te acabas subiendo un rato a la bicicleta estática.
- Tienes hambre y sueño permanentemente, menos cuando estás corriendo o comiendo.
- Correr una media maratón se convierte en una rutina los fines de semana.
- El estómago te pide agua en vez de vino, y pasta en vez de carne. Qué locura.
- Empiezas a pensar en pruebas más largas que la maratón sin haber corrido aún ésta.
- Todo el mundo te dice que estás más delgado, y llevan razón.
- Descubres que en los bolsillos de los pantalones puedes meter cosas y lo útiles que son los cinturones.
- Confirmas que no es que tengas callos en los pies, es que tus pies son un callo.
Pero lo que más me preocupa sigue siendo lo primero: con dos cervezas te amoñas.
En fin, al menos todo esto, como alguien ha escrito por ahí, es una "locura inocua". Si no ya estábamos en la trena.
Por cierto, ya tengo la condición de "miembro (con perdón)" a todos los efectos, con la oportuna semblanza en http://corriendoporelcampo.blogspot.com/
Nos estamos descarriando, parece, y sin vuelta atrás.
Dentro de veinticinco días veremos si llegamos a meta.