Villanueva de los Infantes. Señalado juicio de faltas a las 11:00 horas. Como la Plaza Mayor es muy bonita, el Juzgado, en plenos soportales, te da un tiempo de espera razonable de dos horas y cincuenta y cinco minutos para disfrutar de las excelencias turísticas del lugar. Y el juicio en cuestión, que me lo suspedieron ya en otra ocasión, haces mes y medio, por solicitar los denunciados abogado (en aquellas ocasión sólo esperé una hora y cuarenta minutos) me lo vuelven hoy a suspender, esta vez porque sí.
Me opongo a la suspensión, me opongo a todo, supongo que con tono agrio por las caras de circunstancias que ponen el fiscal y el juez, un tono que, luego pienso, no recuerdo haber usado antes, en correspondencia supongo a que nunca antes había estado esperando tres horas para una suspensión injustificada. Más allá de las cuestiones jurídicas expuestas (si no hay auto motivado no se concede abogado para juicio de faltas, una solicitud de asistencia jurídica gratuita no suspende el curso de este procedimiento, en la citación se les explicó todo a los denunciados, han tenido tiempo suficiente, dilaciones indebidas, patatín, patatán, etc., etc.) me da rabia que, según dice el juez, que le han dicho los funcionarios que los denunciados fueron la semana pasada al juzgado a avisar de eso de la solicitud de asistencia jurídica gratuita sin resolver y que el mismo juzgado ha pedido al Colegio de Abogados que le informen al respecto. Es decir, que ya sabían hace una semana que se iba a suspender y no han avisado a las partes. Pues que bien, ya lo que faltaba, la gota que colma el vaso. Todo sea dicho, el juez muy educado y el fiscal típico que no mira ni de reojo al que se sienta a su lado de acusación particular, mirándose concentrado el nudo de la corbata. Me harto, estos tíos sabían que iban a suspender y me tienen tres horas esperando, me he visto dos juicios como público, he pedido las actuaciones y no me han dicho nada. Ya no sé en que momento procesal estamos, ni me importa y sin pensarlo mucho ni poco le digo al juez:
- Señoría, más allá de lo expuesto anteriormente, lo que no entiendo es que en este juicio de faltas el juzgado sea tan meticuloso con una solicitud de abogado primero y, luego, con una solicitud de asistencia jurídica gratuita, y, en cambio, en el juicio anterior que he presenciado, comparecidos cinco denunciantes igualmente con acusación particular contra un sólo rumano que ni siquiera hablaba bien español, no se le haya preguntado si quería abogado, y al final del juicio al darle la última palabra no sabía ni lo que se le estaba diciendo y ha balbuceado un simple "no", siendo un asunto de mayor gravedad que este y una posible responsabilidad civil elevada. No lo entiendo.
El fiscal hunde un poquito más la cabeza para verse el nudo de la corbata desde más cerca y el juez, amable y algo nervioso, creo que debido a que me gana en inexperiencia, obviamente no entra a discutir lo que le acabo de decir del rumano, pues es algo impepinable y yo no quería contestación sino desahogo y joder la marrana, pero viendo el cariz de mi descaro me vuelve a pedir disculpas por el funcionamiento del juzgado, por el retraso del juicio, me dice que se me podrán todas las facilidades habidas y por haber para que en el próximo señalamiento mi testigo pueda comparecer sin problemas de horario por su trabajo, me pone cara de pena... Le falta decirme que me va a dar la razón.
Me largo de aquí. Que asco.
P.D.: cuando se cruza el día, se cruza entero. En la larga espera hice una quiniela en la administración de lotería de al lado del juzgado y, claro, puse en todas las columnas que ganaba el Real Madrid. El Alcorcón está claro que no opinaba igual que yo.