miércoles, 17 de febrero de 2010

Porque sí.

Miedo me da la "justicia material". Viene a ser un eufemismo de discrecionalidad, es decir, de pongo este fallo más por la impresión subjetiva que tengo del asunto que por el contraste objetivo de pruebas y leyes. Hay cosas sorprendentes, como que en los fundamentos de derecho de sentencias aparezca la remisión expresa a esa "justicia material".
Un abogado puede referirse al "sentido común" en un recurso de apelación, y el Juez de la Audiencia correspondiente le puede contestar, irónicamente, que el sentido común no es fuente del derecho, lo cuál no deja de ser materia de análisis detenido. Pero bien, técnicamente es cierto que el sentido común no es fuente del derecho. En este sentido riguroso, claro está que la justicia material tampoco es fuente del derecho, aunque se esté convirtiendo en su día a día.

martes, 2 de febrero de 2010

Me pregunto últimamente por qué esto del blog, será porque cada vez escribo menos en él y casi que debería cambiar su nombre por "en cuarentena" o algo parecido. A muchos les encanta eso del tuenti y del feisbuk, yo no le termino de encontrar el punto. Será por mi recóndito espíritu de loco solitario que preferí crear un blog y distanciarme de las indiscriminadas "redes sociales".
Pero incluso los blogs crecen a su antojo, y aunque en éste aparezcan pocos comentarios el número de visitas en algunos momentos me sorprende por su elevado número. Y ya no sé si es una sorpresa positiva o negativa.
Disculparme, pero no puedo evitar tener en ocasiones un carácter huidizo. Lo malo del internet es que ni siquiera puede uno disfrutar del gusto por destruir en plan republicano, pues eliminar un texto se reduce a un click del ratón. Más satisfacción y regodeo, más disfrute en definitiva, debe suponer hacer una hoguera como el cura y el barbero, donde se mezcle la autocrítica literaria con la percepción casi mística de la destrucción. El botón suprimir es demasiado prosaico. En fin, ya veré.