miércoles, 1 de julio de 2009

Orgullo y prejuicio (2ª parte)

La vida es una simple casualidad. La entrada anterior la escribí mucho antes de conocer al amigo "Sansón Carrasco" y fíjate tú ahora. Creo que lo poco que salva a "Sansón" es el compañerismo, pues ni siquiera tienen melena.
Y un excesivo batiburrillo de ir y venir (algo inconsciente), hoy por hoy, y de forma sucesiva, al Juzgado nº 5 de Ciudad Real, a la Comisaría de Policía Nacional, al Juzgado de Guardia, al Puesto de la Guardia Civil de Miguelturra, al Juzgado de Almagro. Pasar entremedias de no sé donde (ya me he perdido) por un despacho y no darme tiempo a ir al otro por tener que llevar el coche al taller, que a todos los sitios que he citado, aunque no lo creáis, voy en coche y no corriendo. Poco más.
Eso me pasa por ir de peregrino y hablar de Santiago y esas cosas. Entre cada posta a uno se le olvidan los qués y los cómos, y alguna cosa más y se dedica a hacer autocrítica. En fin, puedo prometer y prometo no hacer ninguna metáfora "quijotesca" aunque sólo sea para ser consecuente con lo dije en la entrada anterior, aunque sólo sea para empezar a ordenar las cosas, aunque sólo sea para pensar que quizá sea merecido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No viene al caso pero enhorabuena por el blog; además, somos de la misma quinta y también defiendo el no-abandono de los animales.
Un saludo!

Néstor dijo...

Enhorabuena, Ramón. Algunas de las cosas que tenía que decirte ya te las dije el otro día...
Un abrazo, amigo

R. Gª. ALDARIA dijo...

Gracias "rockdelgo", espero verte más por aquí.
Nuevas gracias Néstor, aviso, si me tienes que decir algo más y no es bueno te parto las piernas.