lunes, 29 de agosto de 2011

Corriendo por el campo.

Hoy he sentido un cosquilleo por el estómago. No, ayer no salí por la noche, no era calimocho revenío. Es que al hacer la inscripción para la media maratón de Ciudad Real - Torralba he puesto el nombre de mi club: C.D.E. Corriendoporelcampo.
Si es que eso de correr y campo juntos es cojonudo. Yo creo que por eso los creadores del nombre quitarían los espacios y todo, para que estuviera lo más cerca posible.
Yo, que he sido un freak temerario y banduendo en estoy del running y de los trails, ahora resulta que hago rutas y entrenos con un club.
Y no me refiero a compañías o soledades. Porque siempre he pensado que ese mito de la soledad del corredor de fondo es una soberana gilipollez, porque yo nunca me he sentido sólo corriendo. ¿Quién se siente sólo cuando está haciendo algo que le encanta aunque físicamente no esté acompañado? ¿Alguien habla de la soledad del lector? ¿O de la soledad del piloto de formula 1?
En todo caso los trails, sierras y montes de teta gacha son mucho más agradables en buena compañía.
Pues eso, que tengo club, que cumple con creces ese famoso dicho de "mens sana in cuerpa sana" Donde se cultiva a partes iguales, o incluso desiguales, la mente y la cuerpa. Y que de vez en cuando corremos por asfalto por eso de intentar domesticarlo al cabrón y devolverlo a su ser, y porque nos da la gana, que en la vida hay que hacer de todo y de nada a partes iguales.
Pues eso, el domingo que viene a Torralba zumbándole lo que se pueda, haciendo un esfuerzo supremo por seguir el recorrido de la carrera y no desviarme a algún monte cercano.
Y que conste, no tenemos equipación oficial. Pero es que no nos hace falta.

P.D.: Un enlace interesante: http://corriendoporelcampo.blogspot.com/

miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Que dirá la sentencia?

Hoy, charlando con un compañero del juicio de faltas comentado en la entrada anterior, me he dado cuenta de que, a veces, demasiadas, soy un iluso. No sé si inocente o iluso, pero creo que ambas cosas no pegan con ser abogado. Hoy me siento poco perspicaz, serán las fechas, o el dos mil once en general.
He caído en la cuenta (eso sí, yo solito) de que la atención del Juez de que esperásemos mejor en el bar que en el pasillo de pie vendría motivada, no por un mínimo de educación que debiera ser lo habitual, sino porque venía como testigo el Alcalde de la localidad, y porque el denunciante era un concejal. Me cachis.
Y me extraña que Juez, Concejal y Alcalde no se conocieran de antes, y que incluso tengan una relación cordial. Que presidan las procesiones del pueblo y disfruten de distendidas sobremesas entre paso y paso. Que vayan juntos a los toros, tendido de sombra por supuesto.
Por eso, supongo, que el Juez me cortó cuando empecé a preguntar con cierta inquina e ironía al Señor Alcalde, que como político demostró su pericia en respuestas vagas e imprecisas.

- Entonces, ¿una persona le reconoce los hechos y usted denuncia a otra? ¿Por qué denunció usted cuando no era el perjudicado? ¿Por qué su Policía local no detuvo a la persona que reconoció el empujón, y sí a la que usted y su concejal dijeron? ¿Y usted sabe que su Policía local y la Guardia Civil tienen la obligación de perseguir los delitos de que tengan conocimiento, que una persona reconoció el empujón, no le hicieron caso y detuvieron a la que ustedes quisieron y que eso constituye un delito?

Pues todo eso no venía al caso, porque dicho Alcalde comparecía como testigo y no como denunciante. Claro, claro.
Y por eso, supongo, que mi cliente saldrá condenado, aunque espero que a menos que lo solicitado de contrario.
Un puñetero detalle de educación que recibo en una espera judicial se termina convirtiendo en un indicio claro de parcialidad.
Al menos ya me han pagado.

P.D.: Joder, en esta profesión hasta el cobrar se convierte en un acto de resignación.