Un título de juzgado de guardia, "Delitos y Faltas", para una película sin sentencia. Woody Allen nos narra muchas cosas, a veces demasiadas, pero no adoctrina (Allen es antónimo de Gibson) Ni siquiera se toma la molestia de hacer finales "made in hollywood".
En esta película de 1989 nos mezcla dos historias de adúlteros, uno de ellos campeón y otro, simplemente, aspirante. Remordimientos y frustración a pares. Por supuesto que el aspirante es el propio Allen, que a pesar de director y guionista no se reserva los teóricos manjares para su actuación (Gibson es antónimo de Allen)
Ví esta película hace mucho tiempo, cuando más que entenderla simplemente me sorpredía su forma y su fondo. Y la ví de nuevo hace un par de días: ahora lo primero que me sorprendió fue su similitud con la reciente "Match Point", del mismo director. Pero la similitud, como es habitual, es más cuestión de apariencia que de fondo, pues hay una diferencia fundamental que quizá marque un hito en la propia mirada del director. La de 1989 era un juego de contrastes, dos historias, o más, que se mezclan y confluyen, con un trasfondo religioso, de supuestos sentidos morales y preguntas trascendentales, que deja abiertas las conclusiones. En "Match Point" se deja la metáfora última al juego de la casualidad, la suerte, la pelota y la cinta de la red, un instante que no depende de nosotros y que lo marca todo. La fortuna como salvación del egoísta, del superficial. No hay religión, sólo hay instinto y fuga.
En esta película de 1989 nos mezcla dos historias de adúlteros, uno de ellos campeón y otro, simplemente, aspirante. Remordimientos y frustración a pares. Por supuesto que el aspirante es el propio Allen, que a pesar de director y guionista no se reserva los teóricos manjares para su actuación (Gibson es antónimo de Allen)
Ví esta película hace mucho tiempo, cuando más que entenderla simplemente me sorpredía su forma y su fondo. Y la ví de nuevo hace un par de días: ahora lo primero que me sorprendió fue su similitud con la reciente "Match Point", del mismo director. Pero la similitud, como es habitual, es más cuestión de apariencia que de fondo, pues hay una diferencia fundamental que quizá marque un hito en la propia mirada del director. La de 1989 era un juego de contrastes, dos historias, o más, que se mezclan y confluyen, con un trasfondo religioso, de supuestos sentidos morales y preguntas trascendentales, que deja abiertas las conclusiones. En "Match Point" se deja la metáfora última al juego de la casualidad, la suerte, la pelota y la cinta de la red, un instante que no depende de nosotros y que lo marca todo. La fortuna como salvación del egoísta, del superficial. No hay religión, sólo hay instinto y fuga.
Ambas películas se complementan, pero no las vean seguidas, corren el riesgo de saturarse y de convertirse en adúlteros empedernidos.
8 comentarios:
Match Point es de las películas que más me han gustado ultimamente (5 años. Veré esta que ya tenia ganas... el azar, la casualidad,el desengaño, es como el pro mismo, je je
Bueeeeno, tengo que decir que no la he visto, aunque sí he visto otras (Scoop, La maldición del escorpión de jade)... no es que me parezcan lo mejor del cine, pero sí que me gustan, tendré presente tu sugerencia para cualquier noche de videoclub.
Saludos.
Allen me encantó durante mucho tiempo, pero he de reconocer con cierta pena que las últimas me han decepcionado un poco. No he visto aún la de Barcelona, pero algo me dice que no me gustará.
PD: hum... ¿Corro el riesgo de convertirme en qué?
Que buena comparación PEÑA.
Alquila la peli "chocolatecontrocitos", no se parece en nada a las dos que citas.
Ja,ja,ja, muy bueno Néstor, te imagino viendo ayer las dos pelis seguidas para convertirte en un....., ja,ja,ja,ja. Cierto Allen tiene de todo, pero original, lo que se agradece en estos tiempos. A mi tampoco me llama la de Barcelona, nada de nada, bueno, salvo por Scarlett.
Me lo imagino... no he visto la de Barcelona pero he oído y leído críticas... y por lo que parece, no es el mejor de sus trabajos... no sé...
A mí el puto Woody Allen se me atraganta. En su día vi Annie Hall y Manhattan y, siendo éstas de las mejor consideradas, no me gustaron.
Por cierto, y cambiando de tema, te alegrará saber que he vuelto a ver al Capitán Litrona. Esperemos que nos deleite pronto con otro recital.
Oye, lo del Capitán Litrona me alegra enormemente, pensaba que estaría en Transilvania o en la cárcel.
Es lo que tiene Woody Allen, rarito, o te gusta o no, sin medias tintas.
Publicar un comentario