De los últimos cuatro juicios verbales por daños que he tenido, en tres de ellos no ha comparecido el demandado y, en el otro, sólo compareció uno de los codemandados. No sé si será cosa de la crisis, y las empresas no comparecidas están en concurso, o que al ser inferior a tres mil euros la reclamación y considerarse culpables piensen que así, al menos, se ahorran la minuta del abogado. Lo dudo, pues suelen llevar al del seguro. Luego en ejecución quizá no les quede ni un duro, pero bueno, bendita sea la crisis, ¡al menos gano algún juicio!
Y es que por La Mancha nos estamos volviendo amantes de la crisis, el Balonmano Ciudad Real desde que luce su flamente publicidad de "I crisis" hace de cada partido un juicio sumarísimo al rival. Cuestión de fe, que esto del deporte nos da metáforas evidentes de lo importantes que son los estados de ánimo.
Que se lo digan al Barcelona y al toreo de balón de Iniesta, pese a que por tierras catalanas, donde nos hacen creer que todos son ecologistas y antiespañoles, comparar a su jugador con el toreo lo consideren un insulto. Que se lo digan a Guardiola, cómo trasformar la misma materia prima en excelencia con un toquecito aquí y otro allá. Para tomar nota.
Que se lo digan al Quijote Arena, donde palabras como empatía e ilusión tomaron forma, cuerpo, cemento puro. Algunos jugadores alemanes miraban sorprendidos a la grada, de reojo, lo nunca visto. Y miraban no por miedo, no se tiró ni un objeto a la pista, no hubo apaños a la griega. Miraban, dejando aparcado su orgullo y su aire de suficiencia, y miraban pensando en cómo era posible que en su fastuoso Sparkassen Arena no sintiesen esa sintonía.
Que le pregunten al todopoderoso Kiel y a Dujshebaev qué es la crisis, o que se lo pregunten al millonario Florentino y al prudente Guardiola. Y quién se cambiaría por quién.
Lamentablemente las ejecuciones judiciales no entienden de estos entusiasmos deportivos, ni existen remontadas.
2 comentarios:
wow!
¡Somos los mejores, joer!
¡A por ellos, oé, a por ellos, oé, a por ellos, oé, oé! ¡Grrrrrrrr...!
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