Ser de la La Mancha supone nacer con el icono de El Quijote debajo del brazo, o sobre el pescuezo, según se mire. Hasta el punto de que parece no haber distinción entre La Mancha y el Quijote y ser de uno sea ser del otro sin punto ni coma.
Me pregunto que sería de La Mancha antes del famoso personaje, es más, ya dudo de que siquiera pudiera haber algo antes del big-bang cervantino. Museo del Quijote, Quijote Arena, la Ruta del Quijote, centenarios, días del libro y, lo peor, la metáfora contínua y ansiolítica por todos lados. ¿Redimir nuestra breve historia sobre unas páginas?
Somos pesados, muy pesados, cualquier celebración (nuestra alcaldesa sabe mucho de ello) sirve para etiquetar al homenajeado o celebrado o victorioso con el hidalgo loco. Que no se yo porque esa preferencia y gusto en compararse con un pirado, estando también Sancho y su rucio y Rocinante.
De pequeño, desde las ventanillas del coche, me sorprendían las figuras de metal que hay en muchas entradas de nuestros pueblos, siluetas de quijotes y sanchos, y como todo niño mezclaba la ficción con la realidad, y daba por personaje histórico lo que era ficción.
De unos años acá me está volviendo a pasar, el poder mediático no tiene límites, y los ataques de misticismo seglar tampoco, y la nacionalitis tiene muchas formas.
Estoy cansado de oír la palabra Quijote de forma injustificada, sin sentido, indiscriminada, absurda. Y a veces de su contexto me vienen ecos del Árbol de Guernica.
Le daré alguna vuelta más, quizá esté confundido...
4 comentarios:
Pues Mon aplicate el cuento del quijotismo que tras el traspies mundialista, puede ser una batalla contra molinos de viento jajajaja.
Pasate por la liga que hay novedades.
Ja, ja, ja... Pues te jodes, que te han premiado con el "Bachiller Sansón Carrasco"... ¡A ver ahora qué dices!
A ambos, por motivos distintos, os digo tocarme ls... narices
Creo que es inevitable... mi mujer es de Elche y allí, mires donde mires, ves damas de elche hasta en la sopa!!
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