jueves, 19 de noviembre de 2009

Los Toros de Osborne.

El otro día escuché en la radio, por voz de un tertualiano de cuyo nombre no puedo acordarme, que el problema de la burguesía española es que ha leído poco o nada, que le ha gustado más el campo, la caza, las mozas y el buen yantar. Quizá tenga razón.
En Reino Unido tienen los clubs de caballeros, de carácter distinguido, exclusivo y excluyente pero con cierta vocación intelectual. Restirados y ensimismados, pero su estética tiene más cimientos que la cartera, y crean sociedades culturales y tienen libros y esas cosas. Incluso leen los periódicos sin necesidad de entablar un debate de barra de bar. Es más, tienen una distinción máxima, la de "Sir", a la que puede acceder cualquiera por medio del mérito y la capacidad. Se la han dado hasta a vulgares futbolistas.
En España tenemos los clubs de alterne en plan Carrefour, donde señoritos y vulgo unen su espíritu y más cosas. Donde las miradas altivas se suavizan y lubrican. Donde los del dinero acogen a la inmigración.
Aquí de las distinciones sociales se encarga el Hola. A nosotros eso de Imperio británico y de honor nos suena a fascista. La mayoría de nuestros nuevos rico-burgueses aparecen por arte de corrrupción, que no es fascista pues empezó con los pelotazos socialistas.
Y tanto los nuevos como los que más o menos viven de las rentas no tienen pose de restirados intelectuales (para eso aquí tenemos a los del cine y la SGAE) son, simplemente, unos maleducados. El escritor ALEJANDRO GÁNDARA habla en su última entrada (http://www.elmundo.es/elmundo/2009/11/18/escorpion/1258538810.html) de inmigración, políticos y demás. Tomo prestado su último párrafo:
"Un día de estos, por ejemplo hoy, habrá que preguntarse por qué en España la autoridad va secularmente asociada a los malos modos, al desplante y a la ignominia. ¿Será porque la plebe lo pedimos? ¿Nos va esa marcha de señoritos en caballos jerezanos democráticamente elegidos? A ver si a la próxima nos enfadamos"
En España ir de caza y de putas puede resultar hasta monárquico. Los malos modos son otra cosa, la altivez suele esconder o ignorancia o incompatencia o mala educación o todas esas cosas juntas.

martes, 17 de noviembre de 2009

Guardias varias.

Escuchar a un hombre de setenta y pico decir, con naturalidad pero el gesto algo torcido, que cómo puede hacer para que de su herencia no le toque nada a su hijo, sobe todo el piso, como mucho que su legítima sea en dinero, que es que se casó con una colombiana de esas y todo lo que le cae en las manos lo derrocha. Escucharle decir que si hace una donación o una compraventa con sus hijas en vida, que no quiere que su piso, cuando él muera en unos años, acabe en manos del banco por el embargo del sueldo y todo eso, que su hijo lo pierde todo. Escucharle sin encontrar afecto en las palabras hacia su hijo, más allá de echarle también la culpa de su situación al banco, porque no se explica cómo a su vástago, guardia de seguridad con un sueldo mínimo, le pudieron dar una hipoteca por veintiséis millones. Y dice que es que antes le daban dinero a cualquiera y, luego, cuando no se puede seguir pagando, nos machacan. Y no le falta razón.
Le digo que me estudiaré su consulta, que le llamaré esta semana. Y me pregunto cuanto habrá llorado este hombre, o cuantas veces se habrá tragado sus palabras y sus lágrimas, antes de decirle con tanta naturalidad a un desconocido, a mí, que su hijo no sirve para nada, que sólo sabe tirar el dinero.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Un estudio estúpido.

Leer esta noticia, no tiene desperdicio:

http://www.libertaddigital.com/ciencia/un-perro-podria-ser-peor-para-el-medioambiente-que-un-todoterreno-de-gran-cilindrada-1276375792/

Como digo, me parece un estudio estúpido. No creo en los ecologistas, ni en el ecologismo, si es que se puede llamar con razón así a algo. No creo en señores como AL GORE que se preocupa por el deshielo y luego defiende la pena de muerte. No creo en los dos ecologistas que han hecho el estudio del perro. Es más, me parecen idiotas. De entrada, comparar un ser vivo con un todoterreno en los términos que lo hacen no me gusta: comparar comida con carburante es idiota, comparar heces con CO2 es absurdo. Los perros comen lo que comen y su fabricación contamina lo que contamina no por culpa del perro sino del hombre que lo fabrica y en cómo lo hace. Los perros no tienen cocina para hacer comida deshidratada. El hombre puede comer, cagar y hacer estudios estúpidos seguramente que bien subvencionados. El hombre puede condicionar la vida del mundo animal y moldearlo a su gusto de forma abusiva con sus piensos y correas, y luego el hombre se hace ecologista. Luego hace todoterrenos y llega a la conclusión de que son menos contaminantes que los perros. Y me pregunto yo si la culpa es del perro o del hombre, más allá de la responsabilidad exclusiva que tiene cada uno de ellos sobre la mierda que les sale por el culo.
Desconozco cuál puede ser la conclusión práctica a la que aspira dicho estudio. Quizá mi repulsa al mismo venga motivada por el titular sensacionalista muy propio del periodismo actual. En todo caso, no sabía que en casa en vez de un perro tenía un arma de destrucción planetaria.