El mundo del correr es un sin vivir. Antes con unas zapatillas, una camiseta de tirantes de algodón y unos calzoncillos de colores se ganaban medallas olímpicas. Ahora, cualquier popular, tal cual él susodicho que escribe, adquiere un nivel progresivo de tontunas que no tiene fin.
Como correr no corro demasiado, con algo habrá que entretenerse.
Odio correr con música, he llegado a correr maratones sin cronómetro... Pero mi vena purista parece que ha terminado.
Esta es mi última adquisición:
El cacharro se llama media de comprensión y las venden a pares, una por pierna básicamente. Eso sí, como tengo un gusto refinadísimo me la he cogido en negro, que el rojo canta mucho.
No sé si realmente tendrá amortización este gasto de 29 euros. Al menos he atinado con la talla, porque mi constitución de pata ancha y corta me llevaba a tener dudas sobre la misma. Una duda tan amplia que iba desde la talla S a la XXL.
Al final la M ha sido idónea y, efectivamente, la pantorrilla parece ir más sujeta y la sensación es confortable. Pero la pregunta es: ¿Se traducirá eso en segundos o minutos de mejora? Si es así, ¿cómo sabré si es por las medias o por beber menos cerveza?
Ya os diré algo, si hay algo que decir.
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