domingo, 25 de septiembre de 2011

Torerío.

Vaya domingo que he elegido para darme un tute de prensa. Toros por aquí, toros por allá.
Me dan igual los dos debates que arrastra el tema: el de defensa de los animales y el político - nacionalista. Siendo más preciso, no me dan igual como cuestiones propias, pero mezclarlas con la sangre en la arena me parece bastante cornudo.
Nos gusten o no los toros. Nos guste o no ver sangrar y matar a un animal dentro de una fiesta de ocio, folclore, tradición y quizá arte. Nos guste o no el nacionalismo catalán. Nos interesen o no las ansiosas frustraciones de un sector de la sociedad catalana.
Pues nos gusten o no todas esas cuestiones, y muchas más, sólo quiero decir algo que me parece importante en todo este barullo: es legítimamente democrático que el Parlamento catalán prohíba las corridas de toros en esa comunidad autónoma.
Igual que sería legítimo que dicho Parlamento volviera a autorizarlas.
Igual que es legítimo que una comunidad autónoma permita unas cosas y prohíba otras en los márgenes de sus de competencias.
Palabras como "justicia", "libertad", "censura" y una largo etc., merecen reservarse para cosas más importantes que la autorización o no de una fiesta en un lugar de España.
No entiendo, o no quiero entender, tanta repercusión mediática, quizá porque mi conciencia nacional nunca la he visto asociada al toreo ni a lo que digan de España algunos catalanes.
En todo caso, me parece que hay noticias y debates mucho más importantes para el primer domingo de otoño, por lo que no digo más. Que se salgan de madre otros.

No hay comentarios: