Antes, a veces, me daba en este blog por la política, què cosas.
La política ha dejado de existir, hasta a los indignados se les ha pasado su temperamental reacción. Por mi parte, mientras mi voto no valga igual que el de otros ciudadanos me niego a votar. Me niego a participar, siquiera "en blanco", en un sistema que en su base electoral discrimina, que se carga la igualdad de antemano.
La política se ha convertido en un teatro de marionetas. Ya sólo hay economía, y yo de economía sé lo que todo el mundo, es decir, mucho más que Zapatero pero no lo suficiente para opinar.
Mientras tanto sigo indignado, pero en secreto. Porque tampoco me fio de los gurús de la indignación que dentro de nada harán su Ministerio.
Unas dudas existenciales: ¿Para qué sirven los escaños conseguidos más allá de la mayoría absoluta? ¿Servirán para algo útil los diez escaños que de dicha mayoría le sobran al PP? ¿Empezarán a pasar lista en el Congreso? ¿Les pondrán deberes? ¿Dónde esta el tipo que inventó lo de "spanishrevolution"?
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