Las eurocopas son eurocopas porque hay selecciones perennes como Italia o Alemania. Sin ellas, ganar el trofeo no tendría mérito alguno. Ganen o pierdan juegan igual, siempre, sintiendo igual los himnos por muy trasnochados que éstos sean. Dicen que su fútbol es conformista, sí, exacto: conforme con la victoria, acostumbrado a ganar. Ayer Portugal cantó en su himno "¡a las armas, a las armas!". Pero ya no hay lanzas ni espadas, hay gepeeses y botones rojos. Se metieron en las trincheras olvidando los escudos antiaéreos. Alemania e Italia están llenas de tíos prevenidos, también predecibles, pero prevenidos. Son el opositor concienzudo, currante, que puede tener un mal día con un exámen pero que siempre sabrá un huevo. Cuidado: nosotros también somos Portugal. Esta lección se la debe enseñar Aragonés a sus muchachos hasta el domingo, para que no les pillen por sorpresa.
En la Península ibérica no opositamos. Somos cuentacuentos, improvisadores, que tienen días brillantes y días enfermizos, que pasan de la furia a los extremos, y de las bandas al tiqui-taca, y del toque al contra-ataque. Y en vez de tener letra en el himno, por muy trasnochados que fueran los versos -como pasa con todos los himnos- nuestra afición canta las letras lamentables del "Ay, Ay, ya, yai, canta y no llores" (para reírse con mucho fair play de jugadores contrarios cojos y sangrantes) y el peor áun "Alcohol, alcohoool, alcohooool, hemos venido a emborracharnos el resultado nos da igual". En Italia y en Alemania está horrenda cancioncilla estaría castigada con el patíbulo. En Alemania y en Italia el supuesto de hecho "el resultado nos da igual" sería un grave tipo penal de injurias y calumnias al Estado, a la Nación. Un delito de lesa majestad.
En nuestras banderas hay toros de osborne y la bandera republicana resulta que es más democrática para muchos que la propia bandera constitucional con su escudo constitucional. En España no tenemos letra, lo cuál no es ningún problema, es más, quizá sea una forma de evitar problemas. Pero es que tampoco nos limitamos a escuchar con cierta solemnidad o simple respeto nuestro himno: lo tarareamos borrachos y desacompasados.
Luego entramos en debates futbolísticos para saber por qué casi siempre nos gana Italia o Alemania, cuando el fútbol no es más que el reflejo de muchas otras cosas. Y no hay problema, si lo hacemos a gusto y somos felices así pues cojonudo, pero luego seamos razonables y no aspiremos a ganar eurocopas y mundiales con la misma facilidad con la que nos vamos a los toros o de botellón.
Me conformo con que el domingo Aragonés no olvide los escudos antiaéreos, como le pasó a su colega Scolari, y tengamos opciones hasta el último minuto.
5 comentarios:
Ramón, tío, he tenido un sueño: ¡vamos a ganar a Italia!
podemos desde la plaza roja sin raul sin madridistas todos rojos
acababa de públicar esto antes de entrar en tu blog..me ha parecido realmente genial este post tuyo.
http://ylacasasinbarrer.blogspot.com/
Tu sueño se hizo realidad NÉSTOR, y, efectivamente, JESÚS, la plaza roja pudo con la maldición.
RAUL, me sigues sonrojando, no es para tanto.
Va a ser que podemos. Ahora todo son alagos para ARAGONÉS, que olvidadizo e hipócrita es la mundo del resultadismo. Nadie se mete con él por cambiar a TORRES por PAQUETE GÜIZA (sólo lo quiere el Fenerbache turco)
Te lo dije, te lo dije y te lo dije... Ja, ja, ja...
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