lunes, 2 de marzo de 2009

Volveré.


Nueve grados a las 8:30 a.m. en Barcelona. El domingo pasado. Cielo nublado. Climatología perfecta. Un mal presagio: tras salir del guardarropa voy a conectar el cronómetro y está en blanco, se le acabó la pila. Chispea. No me lo invento para poner algo peculiar en el blog: el reloj en blanco. A correr sin referencia de tiempos en los puntos kilométricos respectivos, sólo por sensaciones, un arma de doble filo.
Caliento brevemente, estiro y me dirijo como un borrego, entre nueve mil y pico más, a los cajones de salida controlándome para no tirar el reloj al suelo y pisotearlo. Murmurando en arameo, escuchando la megafonía en catalán y luego en castellano. Miro el reloj nuevamente: de chiste, pero no me rio.
Decido colocarme entre el globo de las 3 horas y el de las 3 horas y cuarto, ni uno ni otro. A calentar y a ir progresando poco a poco si tengo fuerzas.
Sobre el km. 10 llueve algo más fuerte y hace más frio, pero me encuentro fuerte y decido ir progresando. La media maratón está en una avenida donde los corredores pasamos en ida y vuelta, y compruebo que el globo de las tres horas no va tan lejos. Bebo, tengo frío, llueve, me tomó otro gel.
Es la primera vez que veo al globo de las 3 horas en marcha. Es de color rojo, por algo será. Paso la media en 1 h 33'. Bastante bien, ¿quizá demasiado rápido? Hay que intentarlo, medir las tintas entre la valentía y la temeridad. Dos kilómetros más, en ligera bajada, pienso en bajar el ritmo pero me encuentro bien, de respiración sobrado y con sensación de frío, que se agradece. Bebo, como algo. Miro el reloj y me rio, pienso: "no me haces falta".
Dicen que la maratón empieza a partir del km 30, y es cierto. Es donde se demuestra si puedes o no con tus expectativas, si la estrategia y tus fuerzas son las adecuadas. Y en el 28 bien, y en el 29 bien, con alguna molestia estomacal pero bien.
Y, en el treinta... calambres. ¿Cómo? Sí, esto. Y más molestias estomacales. Bajo el ritmo, aguanta, que se pasa, recuperas y sigues. Pero va a más y llegado el 32 tengo que hacer una parada técnica. Suelto algo de lastre entre unos arbustos, estiro, parece que mejora la cosa, pero al intentar correr de nuevo los cuadriceps me dicen que me vaya de cañas. No voy a decir que no me retiré por cuestión de valor u honor o tonterías semejantes, fue una simple mezcla de vergüenza y no sé que más. Andé un kilómetro, me relajé, me adelantó el puñetero globo de las 3 h 15', miré mi reloj, ahora le dije: "en blanco, vacío, como yo"
Andé otro poco y fue cogiendo un trote cansino, pesado, doloroso, que me llevó a la meta con dos patas de palo hirviendo por piernas. Creo que el sufrimiento de los 10 último kilómetros sirven de expiación a todos mis pecados pasados y futuros.
Pensé mientras deambulaba para llegar a meta: el año pasado 3 h 21', sigo casi fielmente el plan para hacer 3 h, con la expectativa de bajar con seguridad de 3h 15' y, si puedo, de 3h 10'. ¿Y acercarme a las 3 h? Pues no, pues toma, calambres, al puto cuerpo no hay quién lo entienda, quizá haya llegado algo sobreentrenado, nunca me paso esto...
Finalmente llegué cuando el reloj marcaba 3 h 34', lo mismo que en mi debú hace cuatro años. ¿Otro guiño del destino como el de la pila del reloj? Tantas vueltas para llegar al mismo sitio.
Al cruzar la meta me cagué en algo o alguién, no recuerdo, y me dije: "volveré, a Barcelona quizá no, pero volveré, y los 42 km 195 metros no volverán a ganarme"
Mientras descansaba antes de coger el AVE de regreso me llegó este mensaje al móvil:
"Marato BCN info: Ramon TO: 3:34:59 TR: 3:34:20 1/2: 1:33:40 PosFin: 2.748 de 8.280 PCat: 713 de 2183 Moltes Felicitats! Muchas Felicidades! Felicitations!"
Bueno, pues vale: volveré.

4 comentarios:

Néstor dijo...

Joer, tío, he tenido frío, me he cansado, he sufrido calambres, me he cagao en no sé quién... No vuelvo a leer tus entradas maratonianas. O quizá sí.
PD: enhorabuena. Este lunes quiero la crónica entera, ja, ja, ja...

Anónimo dijo...

Cuando el domingo por la noche me metí en la página de la organización y comprobé tu tiempo, supe que algo no había ido bien. Ánimo Ramón que el puñetero globo de las 3 horas seguro que cae la próxima vez. Lo del sobreentrenamiento no será por el partido de padel que jugamos, verdad?.

jegarmimo dijo...

mucha lengua y poco entrenamiento.

lo de sobreentrenado me ha llegado al alma.

tU ENTRENAS COMO EL kuN Y Maniche juntos

mas demandas y menos leleres

R. Gª. ALDARIA dijo...

Sí quieres el lunes hablamos pero no daré más crónicas, poco más hay que contar.
No me acordaba del partido de padel, ¡Es cierto! ¡Ha sido clave en mi pájara! Tú y Juan tenéis la culpa, malditos... je,je,je,je.
Aunque no te lo creas debido a tu mentalidad fatalista-atlética, el Kun y Maniche seguro que entrenan y corren más que yo. Ahora mismo me pongo con las demandas.