Bajas presiones y lluvia

Las festividades religiosas me dejan frío y escéptico, sobre todo con este clima. Sobre todo cuando me cogo una pájara monumental en la Ruta de Pinos Altos; tan enorme que ni siquiera me dejó disfrutar del lugar. No pude hacer ni una foto porque el cerebro estaba en modo supervivencia. Qué le voy hacer, soy muy mundano o eso creo.

Dejo mis lares, manes y penates de este fin de semana: (i) en la mano amiga que a viento y marea me ayudó a volver del monte a la ciudad; (ii) en El Chozo. El paso del tiempo le ha sentado muy bien, la migas han de perfeccionarse, los recuerdos y la compañía no; (iii) en "Los Antiguos", una sabia gilipollez que sólo entenderán dos o tres y, que narices, por eso precisamente lo pongo. Será la mala influencia de la lectura de El Clan del Oso Cavernario; (iv) como siempre, en la Atalaya, personal e intransferible, tanto que hasta me parece innecesario citarla; y (iv) en el recuerdo de la película Juno.

Qué mejor crítica para una película que recomendar a cualquiera que la vea. Nos recuerda que hay vida más allá de los tópicos, que las situaciones difíciles no tienen porque convertirse en un drama autocondescendiente, que las respuestas adecuadas vienen de la naturalidad y la nobleza, que hay amor más allá de Zerolo, de patéticos exhibicionismos, del PP, de sus concejales gays 'prostibularios' de apariencia impoluta y de las hojas de ruta de los sentimientos. Queda claro que hay vida más allá del error o del acierto. Y encima Junito tiene sentido del humor.