jueves, 24 de julio de 2008

Todo o nada.

Este hombre no está bien, intentó suicidarse, lo intentó a conciencia. Curioso. Acción más incomprensible que esa no existe, sobre todo cuando se hace de forma consciente, razonada. Y, más aún, cuando el motivo no es propio sino ajeno. Cuando la única razón que cuelga de la soga es crear mala conciencia a tu familia. Una especie de venganza complaciente donde el conejillo de indias se autoflagela, se autoexperimenta. Así de retorcidos somos, tanto sapiens que perdememos el instinto de supervivencia. Y peor aún, si alguién es capaz de suicidarse para joder a un tercero es perfectamente capaz de matar al tercero para joderse y luego suicidarse, o no. Vamos, que un suicida por causa ajena es un asesino en potencia. Matar es matar, y matarse es matar. Hay cosas sombrías, irrecurribles, sobre todo cuando no hay medios para solucionarlas. Al Estado lo que le mola es la Alianza de Civilizaciones o Irak o la capa de ozono. Al Estado lo que le mola es echarse las manos a la cabeza, compungirse y mirar hacia las urnas.

miércoles, 23 de julio de 2008

Directores teatreros.

El teatro clásico es un trabalenguas de amoríos y día a día, con alguna sonrisa, refranes varios y lágrimas de cristal. Hay un salto en las formas que yo veo poco clásica, y es la relación de la obra con el público. No soy un experto, pero creo que cuando el teatro clásico era contemporáneo el público no lo veía como un producto intelectualoide sino, más bien, como el cine comercial de hoy en día. Ahora nos vestimos de comunión para ir al patio de butacas, antes llevaban las verduras podridas para lanzar sus certeras críticas con puntería. Autores más mundanos que Quevedo y Cervantes no los ha habido. Ahora se hace énfasis en las variaciones del castellano a lo largo de los siglos para darle a las obras un aire reconcentrado, poético-criptográfico.
El otro día, en Almagro, me costó media hora cogerle el hilo a la obra, y según me dijeron no era de las más "clásicas". Pobre de mí, no doy más de sí. No veo razonable que leer a los mismos autores clásicos sea más fácil que oir y entender sus adaptaciones teatrales. Al menos me llevé un par de sonrisas en el zurrón y una frase en la retina, algo es algo, una de esas frases que aunque pasen los días vuelve de vez en cuando, una acertada coletilla, ésta sí de verdad clásica: dame los pies y no me niegues las manos. Dame los pies y no me niegues las manos.

jueves, 17 de julio de 2008

Arte y artes.

En la actualidad aquellos aficionados o profesionales del Arte Moderno son intelectuales, como otros tantos. Arte que incluye, entre otras cosas, abstraccciones tan sofisticadas, cultas y edificantes como cadáveres de personas o animales momificados de extrañas maneras; bellezas como un pared desierta, o un cuadro en blanco con una raya negra. Si Velázquez, que defendió la pintura como auténtico arte frente al simple oficio manual, levantara la cabeza se iba de voluntario a Irak. Hoy día trasforman Las Meninas en una pegatina u holograma gigante del Bollycao y te montan una exposición requeteculta.
Por contra, si uno es aficionado a los videojuegos, corre el riesgo de ser visto como alguién infantil, ocioso, "picado". Y si encima osa decir que son una expresión artística, será calificado como un freake pomposo y prepotente.
El videojuego es, ni más ni menos, que la mezcla de los géneros más diversos con el añadido de la interactuación del ser humano. Te puede gustar o no, y punto.
Hace tiempo que los videojuegos dejaron de ser un simple entretenimiento de niños, a nivel de cifras mercantiles mueven más euros que el cine y la música. Hay juegos que nos hacen vivir con más intensidad, por ejemplo, una batalla histórica que la mejor película del género, con una mejor ambientación y con un argumento sólido. El tiempo dejará a cada uno en su lugar: yo apuesto porque el sector del videojuego acabará dejando, como mínimo, al cine y al cómic en pañales.
En tal sentido destacar como hace una o dos semanas apareció un artículo en la revista-suplemento El Cultural (sale los jueves junto al periódico El Mundo) en el que se señalaba la importancia del videojuego desde el punto de vista artístico. También ha habido otras noticias similares en fechas recientes.
Una acotación evidente pero necesaria: igual que en el cine y en la literatura, hay videojuegos para niños, adultos, de miedo, de guerra, etc, y productos buenos y lamentables, lo cuál no descalifica el concepto del conjunto.
El problema de los videojuegos: incluye en su denominación la palabra "juego", y hay gente a la que no le gusta jugar o se le ha olvidado.

P.D.: Permítanme una recomendación: Dénse una vuelta por http://lagranbatidorademierda.blogspot.com/ Si además les gusta la música moderna este blog les enganchará.

miércoles, 16 de julio de 2008

Una vez más.

Con la venia. En este juicio se han juntado el hambre con las ganas de comer. Otrosí digo: apaga el móvil antes de entrar. ¿No es posible un acuerdo? Y tira el chicle. Reciban el pleito a prueba. ¿No es cierto que el día...? Hay plazo. En estrictos términos de defensa. Denúncialo. Digo, dice: sí, no, no recuerdo. Tiene la palabra para conclusiones, brevemente. Hechos: está de psiquiátrico. Fundamentos jurídicos: sólo nos queda esperar la sentencia, a ver que dice el juez. ¿Y el informe forense? En busca y captura. Resolución, fallo, falló.
P.D.: Recurrro.

Fíense de ellos, que las apariencias engañan.

Está claro que leer y escribir son vasos comunicantes y, así, últimamente me ha costado venir al blog. También ha influido el trabajo y los acontecimientos sociales, en los cuáles no me suelo extender demasiado, pero siempre hay excepciones. Me limito a colgar una serie de fotos, y os recomiendo acudir a http://JOVENABOGADOCR.blogspot.com/ para leer una completa crónica y ver muchas más fotos.
Que esté tranquila la afición que Villa y compañía tienen el relevo asegurado:
Por cierto, gente original y profesional los de "TOCARBALÓN", ¡contad con ellos!
De tanto trabajar, y jugar al fútbol como los ángeles, entra hambre... y sed.
Hubo gente que siguió, siguió y siguió, hasta que no supo donde había aparcado el coche o quedó afonica de tanto cantar. Afortunadamente quedamos gente responsable...

lunes, 7 de julio de 2008

Arte en estado puro (II)

Capitán Litrona sabe beber, no como esos rumanos que se tumban al otro lado de la plaza. Boca arriba y boca abajo en los bancos y en el suelo. El Capitán degusta, saborea, no deja ni una gota. Sus Mariachis hacían lo mismo hasta que se disolvió el grupo el viernes por la noche. Pero los rumanos son otra cosa, beben sólo para cocerse y luego dejan las litronas abandonadas, con restos de tres dedos de altura, calientes y desdichadas. Son unos sacrílegos. Capitán Litrona nunca abandona una litrona ni, mucho menos, la deja medio vacía o medio llena. Piensa nuestro amado Capitán que dejar culos de cerveza por doquier es una falta de respeto, tanto o más que preguntarle a una mujer por su edad y su peso al mismo tiempo. Los Mariachis no saben la nacionalidad de su ex-Capitán, y por eso piensan que no tiene derecho a meterse con los rumanos, aunque tampoco les guste abandonar cerveza al buen tun-tun. Quizá por eso el viernes por la noche se lió la que se lió. Y es que al Capitán no le gustan los sacrílegos, es un hombre de profunda espiritualidad, por eso canta cerca de un Convento, por eso le gustan las buenas formas y el respeto. Lo que se empieza se acaba.

Arte en estado puro.

"Capitán Litrona y sus Mariachis" amenizan veladas con sombrío alcoholismo y cante hondo carraspeado y aturdido. Capitán Litrona sentado en un banco, con un Mariachi a cada lado. Patatas ali-oli, jarras de medio litro de cerveza bendecida en las mesas de al lado. Los sonidos del cante, acompasado de tendencias suicidas, retumba en la ahuecada plaza que no tiene eco. Capitán Litrona se aturde, algún Mariachi trastocado se encara. Quisieron hacer un politono y algo no salió como debía. Por las terrazas caras de duda, expectación, temor. "Capitán Litrona y sus Mariachis" se disolvieron de la misma forma que montaron el grupo, con improvisada virulencia, desheredados, rodeados de un aliento infame. Policontusionados.

martes, 1 de julio de 2008

Perpetuidad de las perpetuidades.

No me extraña que sobre todo los ajenos al mundo del Derecho se rían abiertamente, por no llorar, de las contradicciones que inundan la profesión.
Leo un titular en internet "doble cadena perpetua para un ex agente de Pinochet".
La condena no la ha puesto Garzón (¡sorpresa!) sino un Juez chileno conforme, supongo, a la Ley vigente en Chile.
Para ponerle dos cadenas perpetuas digo yo que el malo de turno tendrá dos vidas o, al menos, doble vida (cómo corresponde a un agente secreto) Y por eso será que tiene una cadena perpetua para esta vida y la que siga a su resurrección, o para las dos vidas que lleve con su doblez de espía. Cuando las penas son tan estúpidas (como aquí condenar a tropecientos años de cárcel para salir en tres días por buen comportamiento) sale ganando la imagen del delincuente, pues la del Estado de Derecho, que es su rival, sale mal parada. Vasos comunicantes.

Cría cuervos, estúpido, cría cuervos, pero que te saquen sólo a tí los ojos.

Por urgencias de la vida me ha dado por pensar en qué extrañas razones llevan a algunas personas a tener como mascotas animales peligrosos. Por escepticismo, pereza, estupidez o incapacidad hay muchas cosas que no entiendo. Los "todoterrenos", las gafas de sol de noche, pasar frío en verano por el aire acondicionado, pasar calor en invierno, comer sin hambre... Soy tan primario que puedo parecer estúpido. Quizá lo sea.
El colmo de mi incomprensión es meter en casa a la alimaña, meter en casa un riesgo principal para la supervivencia propia y ajena. Una boa, un león con las uñas cortadas, un perro peligroso que sólo hace caso a un miembro de la familia, de setenta y pico kilos, que hay que pasear atado a una cuerda gruesa con nudo marinero, que si quiere se te escapa y no obedece tus órdenes, que le dices 'suelta' y no lo hace, que le empujas las mandíbulas para separarlas y aún así no suelta; peor que un león con las uñas cortadas.
Hay imbéciles que cuelgan cadáveres resecos de animales como trofeos de caza. Hay gente que en las salpicaduras de sangre ven arte o valor. Pero más imbécil aún es meter animales agresivos e imprevisibles en tu propia guarida, vivitos y coleando. No sé, éstos impotentes necesitarán sentirse machos demostrando dominación sobre algo aparentemente indomable, cuando lo único que deberían dominar, y en ningún caso hacen, son las neuronas que les queden. Estos cafres, que llamo gente, muestran un carácter patéticamente feudal, amos y siervos, cuanto más aparento o domino mejor soy, haciendo ostentación de ello... Mamarrachos.
Lo sé, estoy cabreado y así escribo, me parezco al condenado Losantos, me estoy ganado el despido. Pero no os dejéis llevar por las apariencias, en el fondo estoy muy contento, feliz, porque mi perro sigue vivo. Será por mi carácter simple y primario, será porque, como os digo, quizá soy estúpido, pero mi perro, para mí, es un amigo. Es un perro sin amo, como otros muchos, y os aseguro, no sé cómo, que él lo sabe. Atarlo con una cuerda no es un gesto de dominación (metáfora tópica) dependiendo del contexto una cuerda te puede dar la vida. El me ata a mí con otras cosas y no me quejo, estoy encantado.
Y es que no entiendo la palabra 'amo' porque lleva enganchada la de 'siervo', y viceversa, y entre las dos crecen alambradas.
Quizá no lleve razón, quizá el estúpido sea yo, pero obrando en consecuencia a lo que escribo no hago daño a nadie. Otros mamarrachos no pueden decir lo mismo.