martes, 10 de febrero de 2009

Ibarreche es del Atleti de Madrid.

Soy aficionado a las comparaciones futbolísticas. Sobre el Atleti se puede hacer un tratado sobre orígenes y efectos del victimismo: la cagas una vez, te empiezas a sentir mal querido, te convences de que la vas a cagar siempre y, lógicamente, la acabas cagando. Y, además, te sientes perseguido. Y lo que resulta más curioso: haces de la cagada tu bandera, tu signo distintivo. Etiqueta publicitaria: Y tú, ¿por qué eres del Atleti?
Esta actitud le gustará a algún partido político nacionalista, que saben mucho sobre victimismo porque ignoran, entre otras cosas, que Franco ha muerto. Pero a mí no me gusta el victimismo, y sí me gusta el Atleti. Aunque algunos no lo crean lo considero mi segundo equipo, ya sé que siendo del Real Madrid suena blasfemo.
Efectivamente, al Atleti le sobra la familia Gil, igual que sobra cualquier familia de corruptos con antecedentes penales de cualquier sitio. Pero el problema de fondo no son ni siquiera los gilitos, ni un jugador, ni un entrenador, ni el cambio del estadio. El Atleti debe cambiar su fatalismo histórico por otros gustos. Las etiquetas marcan tendencias, al Real Madrid le dio hace un par de años por el "juntos podemos" cuando estaban a muchos puntos del Barsa, y han ganado dos ligas remontando y jugando mal cuando nadie creía en ellos.
Yo cogía a Cerezo y le cambiaba lo de producir películas por ver partidos de Rafa Nadal. Es más, ponía al tenista como psicólogo del presidente.
Han largado al vasco Aguirre y, mientras, otros vascos ( los "leones" que se manifiestan junto a los proetarras en defensa de "euskal herria") se dejan las melenas y los huevos por ganar la Copa del Rey. ¡Cuestión de Historia! La Copa es su competición, no por monárquicos, no sean mal pensados, y tampoco por nacionalistas. Es su trofeo porque la han ganado muchas veces, que los libertarios de la patria pseudoanarquistas - pseudocomunistas - pseudomonasteriles son en el fondo... ¡capitalistas!
Pero las cosas han cambiado, una fuente de palacio me dice que Ibarreche no duerme deseando llegar a la final de Copa para perderla, contra un equipo que no sea el Barcelona, en el último minuto de penalti injusto pitado por un árbitro español y españolista, y así seguir dándole cuerda a su bucle melancólico. ¡Ibarreche sí que es vasco y no ese Aguirre que lo despiden y no quiere cobrar el finiquito!

1 comentario:

Anónimo dijo...

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