jueves, 28 de mayo de 2009

Ciento veinte caracteres.

Antes de leer esta breve entrada apaguen el móvil, por favor.
Huimos de la soledad como si fuese un hechizo del mal. Y terminamos mirando todo de reojo, sin saber muy bien porqué. ¿Prisas? Sin teclas nos inspira el abandono. Vamos dando cabezadas en el metro, con mil alarmas en el teléfono móvil, que ya es teléfono y lo es todo en uno, manejado entre los hábiles dedos como el conejo en la chistera, como aspiración de nuestros deseos, como naipes sin comodín, ni ases, ni reyes. Un cumpleaños acaba siendo un recordatorio del que poco nos acordaremos.
Acompañados entre ondas pero muy lejos del mar. Y marchamos, y huimos por las olas que dejan rastros espías en sistemas informáticos de no sabemos dónde. Y deambulamos por estrictas compañías de pocos caracteres, y nerviosos miramos las llamadas perdidas. Y muchos de los expertos en sms no saben escribir una carta. Lo impensable hace pocos años se convierte en necesidad imperiosa, vital. Pero en la edad de piedra donde no existían los politonos (hace tan poco tiempo...) no estábamos tan solos ni tan aburridos. Huiríamos también, sí, de tantas cosas como siempre, de tantas rutinas como ahora, pero el tiempo parecía más largo.
A más necesidades más carencias. La paciencia se queda en el olvido y el cielo queda pixelado entre antenas. Avanzar suena a confusión máxima, a collage de siglas y esloganes. Hacemos breves amputaciones a nuestro disco duro. La tarjeta de memoria es fundamental.
Tan importante es estar conectado que aquel que no lo está lo damos por muerto, o lo creemos en fatal situación si insistimos y no lo coge, a cualquier hora del día, en guardia de nuestras emociones.
Si quereís volver a encenderlo, yo no lo haré hasta mañana por la mañana, que estoy de guardia profesional. Y pasado mañana.

lunes, 25 de mayo de 2009

Allanado he llegado.

A veces cuesta coger el coche, pero más pesado sería no tener que cogerlo nunca, siempre entre cuatro paredes. Así, con esa justificación optimista y la banda sonora de Barrio Sésamo en la radio, he partido esta mañana a Alcázar de San Juan, pensando en la gotera maldita y en las arquetas juguetonas. Y dado que era fiesta local en Ciudad Real, sin expectativa de pisar un despacho a la vuelta, he echado la bolsa de deporte al maletero, por si acaso. Sería que ya tenía la mosca detrás de la oreja.
Llamada del procurador.
- La parte contraria acaba de presentar un escrito de allanamiento, ¿dónde estás?
- Pues que bien, digo, estoy aparcando. Pues que bien, ¿quién es la compañera?
Compañera es un decir. Subo al Juzgado, me encuentro a la perito por la escalera igual de mosca que yo, vaya tela, ya podía haber avisado, y esto, al menos se ha ganado, y lo otro. Ya que estoy pues cojo una copia del escrito de allanamiento y pregunto por unos juicios de faltas, y hablo con un par de compañeros, y me acuerdo de la estirpe maldita de la plana letrada allanada, y hablo con el procurador de las zapatillas de estar por casa. Qué gracia.
Quince minutos contados desde que aparco hasta que vuelvo a coger el coche. A los de la zona azul ni siquiera les ha dado tiempo a multarme. Después de esta parida judicial, gracias a la compañera a la que voy haciendo vudú telepático, se te queda sensación de vacío espiritual, de kilómetros perdidos, de viaje banal. Pero no, hoy es fiesta local, y no pisaré ya ningún despacho... y tengo la bolsa de deporte en el maletero.
Pienso, me vuelvo dando un rodeo por Ruidera, cincuenta minutos más de coche, pero hace poco pasé por allí y un camino al otro lado de la orilla chiringuetera tenía buena pinta... Cincuenta minutos más de coche que hacen provechoso lo que habrían sido dos horas de volante absurdas.
Y dos horas y media andando, que gusto, en silencio, llegando a agradecer el allanamiento que me ha hecho cambiar los elocuentes chirridos de la allanada por los pájaros y el viento.
Al volver a casa ya no tengo la cara de imbécil con la que salí del juzgado, y ya no me acuerdo de la agraciada compañera, aunque ella, quizá, algún día se acuerde de mí. Y, en el fondo, he tenido mi día de fiesta, que la cabra tira al monte, auque sea para hacer doce kilómetros.




sábado, 23 de mayo de 2009

Llegar ya vale en los cientouno (2ª parte)

Hablando con la gente de esto de los 101 me siento como un extraterrestre tarado. Algunos me han preguntado que cuántos lo hicimos, que si más de veinte, o de cincuenta, o de cien... Vaya, lo que hace que estas cosas no salgan en la tele, aunque sea en los espacios de sucesos o de zapping o de estupideces varias. Os aseguro que hubo una afluencia digna del mejor botellón. A lo largo de ciento y un largos kilómetros una cosa os digo: ¡no estuve solo! Ya han salido las clasificaciones y, si no os creéis lo que os digo, podeís consultar el siguiente enlace.


Los atletas inscritos en marcha fuimos 3.245 (si sumamos a los de duatlón y a los señoritos de la mountain bike hubo un total de 7.290) En la salida habría alguno menos, pues siempre algún inscrito por motivos varios no puede ir a la prueba. Pongamos que salieramos cien menos, 3.145 marchadores.
Cuál ha sido mi sorpresa cuando he visto la cifra de llegados a meta: 2.095. Más de mil retirados, aproximadamente un tercio de los participantes, y eso que las condiciones climatológicas no fueron excesivamente duras. Salvo de 16:00 a 18:00 horas, cuando el calor hizo aparición en una de las tres subidas más fuertes del recorrido, y muchos cayeron a la sombra de las cunetas. Fue sobre el kilómetro 38 y yo también lo pasé mal, entre otras cosas porque se me terminó el agua, y por un momento pensé que quizá no llegase a la meta. Pero fue sólo un momento.

A estas cosas se va, como dice nuestro ilustre paisano José MOTA, a aberroncharse contra el rocaje vivo. Si hay que ir se va, y se va con el espíritu adecuado o uno se queda en casa. Cuando la fatiga y el calor se mezclan no te quedan recursos para pensamientos muy abstractos, y si se va pensando en dar un paso más, y luego otro, y otro, no te queda hueco para pensar en nada más, ni siquiera en retirarte. Y otro más. Yo seguí adelante y, por esta vez, me salió bien.
Mi puesto definitivo en la clasificación general de marcha ha sido el 921. El de mi categoría, "senior civil" no lo sé exactamente por un error en la fecha al hacer la inscripción, no sé por qué motivo, pero viendo los puestos anteriores calculo que será sobre el 170. Como siempre sucede en estos eventos los veteranos (mayores de 35 años) superan en cifra a los senior, y quedan en mejores posiciones.


Y una curiosidad, dentro de la división de categorías entre "civiles" y "militares", tanto en categoría senior como en veteranos, los civiles quedamos de forma general en mejores puestos que los militares, sorpresa, sorpresa, y es que Spain is different y nos va el dos de mayo y echarle cojones a destiempo.
Eso sí, no conozco Ronda más allá del polideportivo donde dormí (la madre que parió al corneta...) el campo de fútbol de donde salío la marcha y el Parque de la Alameda a donde llegué. A la salida vas mirando el suelo, pues es cuesta bajo, bastante pronunciado, y rodeado de miles de marchadores que salen nerviosos y más rápido de la cuenta. A la llegada vas con la cabeza gacha porque no puedes levantarla, y vas intentando mover los pies aunque sea por telepatía, izquierda, derecha, iiiizquieeerda, deeeerechaaa; ahora otra vez el izquierdo, y ahora venga, derecho, puedes un poquito más. Arriba y luego abajo. Que ya queda poco.
Si me preguntáis si Ronda es bonito y os mando a la mierda espero que sepáis entenderme y disculparme.




miércoles, 20 de mayo de 2009

Algo más de 100 kilómetros y algún convencionalismo (1ª parte)


Puedo decir que he recorrido 101 km en 18 horas y 11 minutos y 6 segundos, según el "diploma de cientounero" que me dieron en la llegada, monte arriba, monte abajo, por caminos infames, por la Serranía de Ronda que casi se nos hizo pequeña. Suena exagerado, pero depende de cómo se mire.
En el momento de la llegada me pareció una prueba más dura que la maratón, sería por la fatiga acumulada durante el día y la noche de forma contínua, donde influye hasta el sueño de llegar a meta más allá de las 5 de la mañana. Pero luego comprobé que no es así, pues se recupera antes, ya que el desgaste muscular es menor marchando que corriendo. Aunque, como todo, supongo que depende del nivel de exigencia con que uno lo haga, porque hay fieras que la hacen casi entera corriendo; pero yo a esto fui sin entrenamiento específico, tranquilo, por curiosidad, a disfrutar.
Y, como digo, depende de como se mire el cansancio, o con que se compare. Por ejemplo, he terminado menos cansado que en un día/noche al 100% de fiesta, feria, boda o similar, que en hacer estos 101, también al 100%. Y eso que he de añadir el viaje de ida y vuelta en coche y el dormir la noche anterior y posterior en plan campamento legionario, con toque de corneta incluido, la madre del corneta...
Distintos tipos de marcha, no más, sin poner ni quitar méritos a uno y otro. Entiendo que suene a locura lo de los 101 y no otras cosas, pero... Pero el cansancio que te dejan los 101, una vez se pasa el agarrotamiento inicial, es plácido, agradable y mentalmente os aseguro que el relax es total, será porque uno se queda al filo del coma inducido o porque las neuronas se quedan fritas al sol a pesar de la gorra, o porque se sorprenden de su propia locura, o porque tratan de ignorarte para que no se te ocurra otra vez hacer lo mismo. Pero el alivio es absoluto.
Hacer los 101 suena a burrada, lo entiendo, pero no será tanto, o se ajustará más a lo que somos que otras cosas, pues os aseguro que la resaca de estos 101 no ha sido la peor de mi vida, por algo será. Incluso si no fuera por las dos malditas ampollas nadie diría fuí a Ronda.
Desde luego es una prueba donde el reto psicológico supera al físico. Creo que la sensación de casancio y fatiga que tenía en el kilómetro 45 era poco inferior a la que tuve en el 70 o en el 100, la diferencia está en querer seguir o no. Llega un momento de no retorno en el que, salvo lesión o desfallecimiento absoluto, el cuerpo es inercia y la cabeza una mezcla de pensamientos absurdos y confusos (que mejor no reproduzco en el blog) que es lo que te puede llevar al abandono. Tirarte casi toda la noche con la simple luz de tu frontal entre el monte y ver Ronda arriba, que nunca llega, subiendo, subiendo y subiendo.


Aun no han colgado la clasificación, no sé como quedé, tampoco me importa demasiado, aunque el orgullo que llamamos curiosidad lleva a que todos al final la miremos y si creemos que hemos quedado bien lo contemos por ahí. De momento sólo sé lo que pone el "diploma de cientounero" que me dieron al llegar: posición nº 43 de la categoría "marcha civil" (no sé cuantas categorías había ni cuál será el puesto global...) Un promedio de 10' 48'' el kilómetro y 18 horas 11' y 6'' de tiempo total, aunque en mi crono me salen dos minutos menos, porque hasta que se sale y luego, cuando llegas, hasta que pasas el control de meta hay un pequeño desfase.
Por cierto, muchos compañeros de camino dijeron que en sus gps y demás cacharros salieron entre 3 y 4 kilómetros más, cuestión que confirmaron algunos miembros de la organización con la boca pequeña por un cambio obligado de última hora por no sé qué motivo. Menos mal que los legionarios intimidan con su simple presencia, porque cuando me enteré de ese alargue me dieron ganas de hacer un cochifrito con el carnero.

http://www.lalegion101.es/

miércoles, 13 de mayo de 2009

Teoría y práctica.

Desgraciadamente ambas parecen reñidas. En la última comida coloquio el Decano de la Facultad de Derecho de Ciudad Real dio muestras de ello en su abstracta introducción, que nos pareció lejana, casi ambigua, aunque luego demostró saber meterse en el fango, pero siempre citando más literatura que soluciones concretas para un abogado, o para un ciudadano. Eso no quita que su intervención no fuera interesante, incluso acertada, no lo critico de forma peyorativa, ni mucho menos, sólo quiero destacar la perspectiva opuesta que nos separa y, a la vez, nos une. Me quedé con una recomendación de un libro que nos hizo ya en la sobremesa "El factor humano" de John Carlin, si alguién quiere leerlo se lo presto. No escribo más, pasen y vean:
http://www.uclm.es/organos/Vic_Investigacion/centros/resolucionconflictos/p-inv.html
http://jovenabogadocr.blogspot.com/2009/05/fotografias-comida-coloquio.html

Quién dice qué, no importa el cómo.

Como abogado, ejerciendo como tal, no siempre puede decir uno lo que piensa. Hay otros intereses, clientes, jueces, tramitadores, compañeros. El respeto lleva a mantener las formas, lo cuál es una virtud. Últimamente oigo hablar de la sinceridad de forma masiva como virtud social deseable. Me niego a creer esa milonga. Y es que se utiliza ese término como destape de la intimidad pervirtiendo su significado. No hay ningún deber a ser sincero y si un derecho a la intimidad.
Bastante tengo con que me graben en los juicios, con que cualquier ente público pueda desgranar al detalle mis movimientos bancarios, o por internet, o por el teléfono móvil, como para que encima me exigan ser sincero con todos y a todas horas.
Eso sí, a veces te apetece ser "socialmente sincero", te apetece decir algo que te callas por las formas, por no crear polémica, por no distraer el objeto del pleito. Y cuando puedes, aunque sea de forma sibilina, indirecta, lo dejas caer, aunque no sirva para nada práctico, como puro desahogo. Creo que quién sea abogado se sentirá identificado con este párrafo.
A finales del pasado mes de julio tuve una comparecencia de prisión, y mi cliente dijo que "lo de la conformidad" le parecía un chantaje de la Justicia. Para los no iniciados: si te conformas al inicio del procedimiento (si es de "juicio rápido") te rebajan un tercio la pena, sino te arriesgas a más pena o la absolución. Una espada de damocles con la presión de estar detenido, esposado, aturdido, sin dormir, quizá resacoso o sin medicar,... Muchos se quedan con "el mal menor" y así se descarga de trabajo a la administración de justicia, aunque quizá no a la penitenciaria.
Pues el Juez le metió mil reproches de forma algo exaltada por decir eso del chantaje de la Justicia, se creó una situación muy tensa, de forma innecesaria, por criticar un mecanismo de la Justicia Penal.
Hoy he hecho un recurso de apelación porque me han denegado una petición de sustitución de pena de prisión, de otro asunto, y buscando argumentos me he encontrado por casualidad (además de con mil dudas) con la Memoria de una Fiscalía del País Vasco de 2004 que critica duramente ese régimen de conformidades tachándola, literalmente, de coacción. Y de esa opinión se hace eco un Fiscal del Tribunal Supremo en un estudio que he encontrado publicado por internet.
No os equivocáis: he citado literalmente dichas opiniones en mi recurso, pues además me venían al pelo de uno de los argumentos que planteaba.
En aquella comparecencia del mes de julio hablo yo de coacción y me crujen, me procesan por obstrucción a la Justicia, por desacato, por desobediencia, por qué sé yo. Lo dice una Memoria de una Fiscalía y un Fiscal del Supremo y es una opinión a tener en cuenta. Los caminos de la teoría a la práctica, del Congreso de los Diputados al Juzgado de Guardia, son inescrutables, pero los perdedores siempre son los mismos.
Probablemente mi cita en el recurso no sirva para nada, pero que a gusto me he quedado mezclando sinceridad, respeto y formas. Creo que es la primera vez que le doy las gracias a algo escrito por un Fiscal, ¡espero que no sea la última!

sábado, 9 de mayo de 2009

A cuatro patas.

Pienso yo que mi vecina hace algo que no debe cuando no saca de paseo a su chillona y rebelde yorkshire. Pero como no lo pone en ninguna norma pues uno se queda a medias... Quizá esté equivocado...
Sencillamente, quizá haya cosas que no importan. Las normas son mensajeras de nuestras conciencias y cuando algo nos da igual pues no existe y no se hable más.
Y llega el Ayuntamiento de Gerona y dice que hay que pasear a los perros un mínimo de veinte minutos, tenerlos como máximo seis horas atados, que no pueden dormir a la intemperie... y que si no lo hacemos nos multan.
Ya estaba bien que las únicas obligaciones y prohibiciones de los amos de perros (entre los que me incluyo por partida doble) fueran respecto a las molestias que estos puedan causar a terceros (heces en la vía pública...) y no por las molestias que les ocasionamos nosotros a ellos.
Siempre me ha sorprendido que existan prohibiciones de no jugar al balón en el césped o de cortar las flores, pero no de torturar a un mamífero. Será que el legislador es vegetariano, o será que tenemos un grandísimo y cuidado gusto estético: las flores son bonitas y huelen bien, los perros tienen pulgas, huelen mal y pueden morder.
Aunque tratándose de Gerona quizá impongan una inmersión lingüstica canina, y los canes que no ladren en catalán perderán su derecho al paseo, que lo primero es lo primero.
En todo caso entiendo a la perra de mi vecina (a la de cuatro patas) Si a mi no me sacaran de paseo y corriese de vez en cuando por el monte sería peor que ella.

viernes, 8 de mayo de 2009

De marcha.

El fin de semana del 16/17 de mayo (que poco queda...) ni me voy a leer el periódico, ni pensaré en política, ni me encontraré con reja alguna que me impida el paso. Unos cuantos legionarios habrán pasado antes por los caminos, para cuidar del recorrido. Si algún propietario o cazador se atreve que les lleve la contraria.
Saldré a andar por la Serranía Ronda, sin prisas, sin referencias, a trotar a ratos aprovechando las bajadas... A disfrutar del monte. A echar algunas fotos. A evadirme quizá de más.
Saldré a "marchar" que dicen, o pudieramos decir que "saldré de marcha", hasta que el cuerpo aguante o hasta llegar a los ciento y un kilómetros.
Parece mucho. Quién sabe.

http://www.lalegion101.es/

jueves, 7 de mayo de 2009

Anotación al margen del periódico del domingo.

Contestando los comentarios de la entrada anterior recordé las palabras que oí no hace mucho en una comida-coloquio de la AJA: a los políticos lo único que les da miedo es un tío con una libreta haciéndoles preguntas. O sea, un periodista que los ponga en evidencia, que diga lo que hacen mal o lo que directamente no hacen. Y yo añado: temen a cualquier ciudadano crítico que los ponga en igual situación, en evidencia, sobre todo si tiene conocimientos jurídicos que pueda guiarlo mejor en su ofensiva. Sí, quizá un abogado.
Los ciudadanos, de forma particular, les importamos poco. Al fin y al cabo si queremos votar tenemos pocas opciones y a uno u otro le acabará llegando el voto. Las sentencias tampoco les importan mucho, se hacen las víctimas y se refuerzan en su posición de político-mártir (Vera y Barrinuevo inauguraron ese altar en España hasta límites insospechados, Jesús Gil era alabado precisamente por su desfachatez y simpaticona capacidad delictiva) Y se pueden pagar las fianzas.
Lo que les importa es la opinión pública contingente, variable. Y no les importa por motivaciones morales, sino porque de ella depende su mejor o peor posicionamiento dentro de su propio partido. Triste que sus mayores fijaciones sean los enemigos de su propio color y la opinión mediática que, obviamente, tratan de controlar.
Todos usan como pose el renegar de las herencias franquistas, es decir, de la dictadura: que si la memoria histórica, que si la transición descafeinada, que si la monarquía, que si los sindicatos, que si el modelo lingüistico, que si la religión... Cada uno reinterpreta herencias franquistas para ponerse medallas democráticas cuando, todos ellos, en su conjunto, son la más viva herencia franquista, la mayor y más perjudical y denigrante herencia franquista. Ellos mismos:
> Se identifican por lo mismos clichés de izquierda y derecha cuando un buen porcentaje de todos ellos acaban en la cárcel por cometer los mismos delitos, y su ideología básica es el amiguismo.
> Mantienen un modelo de partidos políticos endogámico, ahora todos son legales (menos los que matan o les gusta que maten) pero viven en las mismas trincheras; de vez en cuando alternancia.
> Aspiran a controlar los medios de comunicación de forma eficaz (actitud dictatorial donde de las haya) Goebbels era más sincero, no lo llamaba periodismo, lo llamaba propaganda.
> Aspiran a la perpetuidad, a que nadie los desbanque de la poltrona, a no ser porque mejoren de puesto.
> Tienen como prioridad marginar al adversario político antes que mejorar la vida de los ciudadanos. Midan y pesen cualquier discurso de un político durante unos días y verán que dedica más esfuerzos en denigrar al oponente que en explicar proyectos o similares.
La única diferencia básica es que ahora se respetan de forma generalizada los derechos fundamentales básicos, pero cambio de actitud real, democrático, en la forma de ejercer el poder político no existe, y no tiene visos de llegar, más al contrario: tienden a cargarse los contrapesos (división de poderes) que creo la Constitución. La tendencia del leonino Congreso de los Diputados es cargárselos para abarcarlo todo (politización masiva)
Y no quieren cambiarlo porque no les interesa. Palabras como listas abiertas, mérito y capacidad y muchas otras les provocan temblores de espíritu y de bolsillo.
Sé que generalizo, pero respecto a gente que está en la vida pública/política y vive del erario público se merecen generalizaciones, pues a la recíproca ellos nos generalizan a nosotros con leyes, y se merecen más el exceso en la crítica que el defecto en la condescendencia.

lunes, 4 de mayo de 2009

Rejas.

No sé quién ha sido, pero me alegro.
No sé quién es la autoridad competente o propietario que ha puesto la valla y la puerta. Tampoco sé quién ha sido el que, por segunda vez, se ha cargado la puerta. Obviamente, me alegro de lo segundo.
Curioso este camino, desde el otro lado (el que no da al parque forestal) no hay cartel alguno que diga que es de propiedad privada o, sencillamente, que está prohibido el paso. Pero del lado de la Atalaya, el de la foto, sí lo hay, no se ve en la imagen pero lo hay: "propiedad privada; prohibido el paso"
Como digo, desconozco la autoridad competente que ha puesto la valla, pero me huelo que el Ayuntamiento tendrá algo que ver. Ese Ayuntamiento que cierra los polideportivos los días de fiesta (por ejemplo, el viernes pasado) o que cuando juega el Manchego no permite el acceso al resto de las instalaciones.
Mucho "Plan E" pero ninguna promoción, más bien lo que hay es disuasión, para hacer deporte. Y encima ponen una gran valla con puerta para que ni siquiera podamos dar un paseo por el campo. Y supongo que, encima, esa valla cinegética de dos metros de altura que rodea ahora la Atalaya, y los muros con puertas puestos en zonas estratégicas, los habremos pagado los ciudadanos.
A los poderes públicos les ha dado por medir los kilómetros de vía verde, los metros de los caminos de la zona de la Atalaya, los centímetros de la ruta de Don Quijote. Todo con postes muy bonitos para luego colocarnos la valla donde menos nos lo esperamos. Medir para controlar.
Ojalá midiesen y controlasen con tanta precisión los presupuestos y otras cuestiones de la vida política. Se miran demasiado el ombligo y poco el trasero que es lugar por donde, físicamente, sale la mierda.
Creo que el concepto de deporte que tiene nuestra alcaldesa está alejado de la naturaleza, que para ella no pasa de ser las cuatro flores que coloca para embellecer las rotondas. Aquí importan más los cuatro tuercebotas pseudoprofesionales de tercera división que promocionar el deporte como salud o diversión. Y los parques forestales se planifican más para ir de litronas que para otra cosa, pues se limitan los caminos por donde hacer senderismo o revolcarse como un cochino. Parque forestal donde la única prueba deportiva que se organiza es una prueba de motor. Muy ilustrativo.
No sé quién ha sido el que se cargó la puerta, pero me alegro. Quizá haya sido alguién que sabe que a Don Quijote le asquearían profundamente los postes verdes que jalonan unos caminos planificados por una moda pasajera, como medio de obtener beneficios vía turismo.
No seáis suspicaces, os prometo que yo no he sido. Reconozco que un día me la salté, y que otro día la abrí desenrollando un alambre que hacía de cadena provisional. Pero yo no la he arrancado. De momento no... No me llegan las fuerzas.