lunes, 10 de marzo de 2008

"10.000" de Roland Emerich

No creo que en el 10.000 antes de Cristo hubiera dinosaurios, ni que se pudiera cruzar un desierto sin provisiones, ni que los aborígenes en cuestión hablasen en inglés o español, según la versión. Recordemos lo obvio: es una película, no un documental. En fin, será que hay gente que cree en Superman o Terminator.

Claro está que todo depende de las expectativas, pero si estas son razonables frente a un película de aventuras creo que la cinta no desilusiona, sin excesos. Yo esperaba una buena ambientación prehistórica, cierto impacto visual en algunas escenas de acción y entretenimiento. Lo tiene.

No destaca el guión, ni las actuaciones, si bien (si seguimos en este punto la fidelidad realista de los críticos de lo obvio) habrá que alabar al filme pues es de pensar que en el 10.000 a.C. no hubiera tramas personales o históricas imbricadas, ni emociones refinadas para el desarrollo interpretativo, ¿no?

Es más, a mi me hubiese encantado que en vez de hablar en inglés o español se hubiese desarrollado un lenguaje mezcla de signos, berridos y sonidos guturales. Y es que soy un poco telúrico, y la etiqueta de 'rupestre' me atrae más que la de 'Coca Cola', y me sigue sorprendiendo más la luz del amanecer que los rayos infrarrojos del mando a distancia.

Lo que no me esperaba eran los guiños de ciencia ficción tipo Stargate, si bien no desentonan más que los extraños Dinos, aunque vete tú a saber que narices pululaba en los bosques y pirámides en el 10.000 a.C. Estos dos matices, junto con la pobreza de sangre, violencia e intensidad dramática, nos dejan las 'aventuras' sin el apelativo de 'épico', que le habría sentado muy bien.

Dejémosla en aceptable, entretenida, original en el planteamiento. Pierde al no atreverse a profundizar en la veta rupestre y tender a los tópicos del cine comercial de ciencia infusa. Lo que más lamenté al salir del cine es no poder ir unos meses a la aldea de las montañas. Aunque quizá algún día debamos desandar nuestros pasos por la carretera.
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Una película que tengo que ver después de ésta: Apocalypto, de Mel Gibson, al cual le sobra epicidad y testosterona.
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Un libro que tengo que terminar de leer: La Carretera - Cormac McCarthy - Que hay muchas formas de ser rupestre.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

La de Apocalypto merece la pena, es lo contrario del cine soporífero con el que nos torturan de vez en cuando.
De Cormac McCarthy aún no he leído nada pero tengo curiosidad. Mañana miraré en la biblioteca.

Néstor dijo...

Cormac McCarthy es de lo mejor que me he leído nunca. "La carretera" es uno de esos libros que hacen mella. Si te gustan los americanos, léete si puedes "El hombre del salto" de Don Delillo o "El vino del estío" de Ray Bradbury. Maravillas en estado puro.

R. Gª. ALDARIA dijo...

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