No sé si tendrá algo que ver el correr con el escribir, pero es cierto que he estado una semana de descanso y ha coincidido con una pereza blogera sin precedentes. ¿Mens sana in corpore sano? No creo. Los escritores e intelectuales han sido más veces borrachos, pedófilos y vividores en general antes que deportistas. No es que llegue yo a esa altura, pero en fin, alguna vara de medir hay que coger para hacer comparaciones.
Confieso mi pecado: Hace dos domingos me retiré en el kilómetro 12 de le media maratón de Almagro. Saturación, sobrecarga. Tomarte como normal y rutinario algo que no lo es: correr 21'097 km lo más rápido que puedas. Esos fueron mis errores junto al más importante: marcarme objetivos más allá del placer de correr me hicieron sentirme más obligado que a gusto. Lectura positiva: una merecida semana de descanso y la determinación de no volver a retirarme en otra carrera salvo por lesión.
Como decía, no sé si esto habrá influido en mis neuronas y falanges, si habré sufrido un estado de agujetas físicas y mentales. Pero me da igual. Las cosas imposibles nos deben dar igual.
2 comentarios:
Aaaaamigo... Por eso te diste a la cerveza sin alcohol, mientras el resto perdíamos el sentido. En fin, que lo siento mucho -si es que tí sientes lo de la retirada- y que no te preocupes, los mejores también sufren pájaras, bajones y retiradas.
Nada, nada, no problem, será cuestión de rutina de esa de la que escribes en tu blog, ¿no? Lo que no es habitual no debiera tomarse nunca como rutina, si lo hacemos lo jodemos, lo desvituamos, así de fácil.
Publicar un comentario